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DÍA 30 Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren

 

Reflexión “"Morir en Cristo" significa, además, confiar en Cristo y abandonarse totalmente a Él, poniendo en sus manos - de hermano, de amigo, de buen Pastor - el propio destino, así como El, muriendo, puso su espíritu en las manos del Padre (Lc 23,46). Significa cerrar los ojos a la luz de este mundo en la paz, en la amistad, en la comunión con Jesús, porque nada, "ni la muerte ni la vida... podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rm 8,38-39).

 

En aquella hora suprema, el cristiano sabe que, aunque el corazón le reproche algunas culpas, el Corazón de Cristo es más grande que el suyo y puede borrar toda su deuda si él está arrepentido (1 Jn 3,20).

 

"Morir en Cristo" significa también, queridos hermanos y hermanas, fortificarse para aquel momento decisivo con los "signos santos" del "paso pascual": el sacramento de la Penitencia, que nos reconcilia con el Padre y con todas las criaturas; el santo Viático, Pan de vida y medicina de inmortalidad; y la Unción de los enfermos, que da vigor al cuerpo y al espíritu para el combate supremo. "Morir en Cristo" significa finalmente, "morir como Cristo": orando y perdonando, teniendo junto a si a la bienaventurada Virgen”.

 

Propósito: Ofrecer sacrificios al Corazón de Cristo en reparación.

 

Jaculatoria: CELO del Corazón de Jesús, devorad mi corazón

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