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LETANÍAS A JESÚS EN EL VIENTRE DE MARÍA

A cada uno respondemos: ¡Ten misericordia de nosotros!
Jesucristo, concebido por el Espíritu Santo en el seno de María,
Jesús, concebido por el Espíritu Santo en el seno de María,
Jesús, singularmente hombre desde el momento de la concepción en el vientre de María,
Jesús, presente en la Creación, creada en el vientre de María,
Jesús, a través de cual el mundo fue hecho, formado en el vientre de María,
Jesús, Verbo echo carne, asumiendo cuerpo humano en el vientre de María,
Jesús, revelado por el Padre y concebido en el vientre de María,
Jesús, subjeto al desarrollo humano en el vientre de María,
Jesús, cuya Preciosa Sangre fluyó en sus comienzos a través de pequeñísimas arterias y venas en el vientre de María,
Jesús, oculto por nueve meses en el vientre de María,
Jesús, unigénito del Padre, asumiendo la carne en el vientre de María,
Jesús, engendrado por Dios, alimentado por la sustancia y sangre de la más Santa Madre en el vientre de María,
Jesús, saltando de la eternidad al tiempo, en el seno de María,
Jesús, revelando con el Padre y el Espíritu Santo toda sabiduría y conocimiento de su más Santa Madre, en el seno de María,
Jesús, consciente de su rol como Redentor en el vientre de María,
Jesús, santificador de su Precursor desde el seno de María,
Jesús, Palabra Eterna, Hijo divino, abrazado por el Padre, en el seno de María,
Jesús, elevando Su Madre a las alturas de la santificación, en el seno de María,
Jesús, perdurante delicia del Cielo, en el vientre de María,
Jesús, manifestando su encarnación a su Santa Madre, en el vientre de María,
Jesús, adorado y contemplado por Su Madre en el santuario de su vientre,
Jesús, ante quien los Ángeles se prostran, en el vientre de María,
Jesús, en el cual los Ángeles mismos contemplaron la humanidad del Dios infante y la unión de las dos naturalezas del Verbo en el seno virgen de María,
Jesús, nuestro protector y salvador, durmiendo en el seno inviolable de María,
Jesús, cuyas Santas Extremidades brotaron por primera vez en el vientre de María,
Jesús, cuyo Corazón Sagrado primero empezó a palpitar en el seno de María,
Jesús, cuyo cabezal de Dios el mundo no puede contener, pesando solo unos pocos granos en el vientre de María,
Jesús, Divina Inmensidad, midiendo solo fracciones de un centímetro en el vientre de María,
Jesús, cuyo Asimiento Divino sobrepasa el universo, acunado en el seno de María,
Jesús, Cordero Sacrificado, infante dócil en el vientre de María,
Jesús, quien era de sufrir la agonía y pasión de la muerte, aceptando la capacidad humana para el dolor y la congoja, en el vientre de María,
Jesús, prediciendo su Presencia Eucarística, en el vientre de María,
Jesús, Cordero de Dios en el vientre de María, Sálvanos, Señor.
Jesús, inocente y santo en el seno de María, Escúchanos por tu bondad, Señor. Jesús, Hijo de Dios y Mesías en el vientre de María, Ten misericordia de nosotros.

Por las intenciones del Papa. Padre Nuestro. Ave María.

V. Oh Soberano Santuario, Sagrario del Verbo Eterno
R. Libra Virgen del infierno a los que rezan tu Rosario
V. Emperatriz poderosa de los mortales consuelo
R. Ábrenos Virgen el cielo con una muerte dichosa y danos pureza de alma, ya que eres tan poderosa.
V. Dios te salve María Santísima, Hija de Dios Padre; Virgen Purísima antes del parto; en tus manos, Señora, ponemos nuestra Fe, para que la alumbres, llena eres
de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. Dios te salve María Santísima, Madre de Dios hijo; Virgen Purísima en el Parto; en tus manos, Señora, ponemos nuestra Esperanza para que la alientes, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. Dios te salve María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo; Virgen Purísima después del Parto en tus manos, Señora, ponemos nuestra Caridad, para que la inflames, llena eres de gracia, el Señor es contigo bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
V. Dio te salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa del Espíritu Santo; Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad; Virgen concebida sin pecado original.
V. Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, Vida, Dulzura y Esperanza nuestra.
Dios te salve, a Ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh Clemente, oh Piadosa, oh Dulce Virgen María.
V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oremos
Jesús, aun siendo de naturaleza divina como Hijo de Dios, no preservaste para ti el ser igual y uno con el Padre, sino que bajaste hasta encarnarte como hijo de hombre y asumiste la condición de un niño no nato, indefenso en el vientre de tu Santísima Madre, la Bienaventurada Virgen María.

Por lo tanto, Tu santificaste y elevaste cada seno maternal para todos los tiempos y todas las personas, cuyas vidas comienzan en la concepción.
Jesús, manifiéstate en los corazones de tu gente como el Eterno Hijo de Dios, cuya vida terrenal empezó en el vientre de las más Santa María. Tu pudiste elegir en comenzar tu Misión Mesiánica de otra manera; sin embargo, Tu mostraste tu amor para nosotros al ser un infante no nato en el vientre de tu Santa Madre.

Tú te apropiaste totalmente de la existencia humana desde la concepción hasta la muerte. Diste tu consentimiento para ser llevado en el vientre de la Bendita Virgen María y luego, después de nacer, nos salvaste con Tu sufrimiento y muerte en la Cruz. Desde tu concepción y hasta la muerte nosotros vivimos y tenemos tu ser en Ti.

Jesús, te adoramos y te damos las gracias por elegir encarnarte en el vientre de Tu Madre, María. Te imploramos que bendigas a todas las madres y que intercedas con el Espíritu Santo y tu Padre, para que todo infante en el vientre maternal reciba tu regalo precioso de vida.

Jesús, concebido en el vientre de María, permite que el manto amoroso de María proteja estos preciosos infantes no natos que residen en los vientres de sus madres y asístelos en sus nacimientos. Te pedimos esto, Jesús, en Tu nombre quien, con el Padre y Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Amén.

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