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Dios bendiga nuestros matrimonios y familias.
DÍA 34:
EL AMOR CELEBRA LA PIEDAD
[El amor] no se regocija de la injusticia,
sino que se alegra con la verdad,
(1 Corintios 13:6)
Desde que cierras tu Biblia por la mañana,
casi todo lo que encuentres a lo largo
del día querrá apartarte de sus verdades.
Las opiniones de tus compañeros de trabajo,
la cobertura periodística de la televisión,
los sitios que visitas en la Red,
las diferentes tentaciones del día:
estas y otras cuestiones harán horas extras
para moldear tus ideas de lo que es verdadero
y más deseable en la vida.
Te dirán que tener una esposa muy atractiva
que se vista para llamar la atención de
los demás hombres está bien.
Te dirán que las malas palabras y la inmoralidad
de las películas están bien para las personas maduras.
Dirán que la iglesia no es importante para la vida
de una persona; que cada uno debe encontrar
a Dios a su manera. Hablarán mucho.
Y lo dirán tan fuerte y con tanta frecuencia
que si no tenemos cuidado,
podemos comenzar a creer que las cosas
deberían ser como ellos dicen.
Podemos empezar a valorar lo que los demás
valoran y a pensar de la misma manera que todos.
Sin embargo, el significado de la "vida real"
cambia en forma drástica cuando comprendemos
que la Palabra de Dios es la expresión suprema
de la vida real. Las enseñanzas que contiene
no son solo buenas conjeturas sobre lo que
debería ser importante.
Son principios que reflejan cómo son las
cosas en verdad, la manera en que Dios creó la vida.
Sus ideales e instrucciones son los únicos
caminos hacia la verdadera bendición y
cuando vemos que las personas los ponen
en obediencia al Señor, deberíamos regocijarnos.
¿Qué te enorgullece más de tu esposo?
¿Te enorgullece cuando vuelve a casa con un trofeo
del torneo de golf de la empresa, o cuando reúne
a la familia antes de la hora de dormir para orar juntos y leer la Palabra?
¿Qué te hace rebosar de alegría con respecto a tu esposa?
¿Verla probar una nueva técnica de pintura en la habitación
de los niños o verla perdonar al vecino
cuyo perro le desenterró las plantas?
Eres una de las personas con más influencia
en la vida de tu cónyuge.
¿Has usado esa influencia para llevarlo a honrar a Dios o para deshonrarlo?
El amor se regocija más en las cosas que
agradan a Dios. Cuando tu pareja crece en
el carácter cristiano, persevera en la fe,
busca la pureza, da y sirve con alegría
(se vuelve responsable en el ámbito espiritual
dentro del hogar) la Biblia dice que deberíamos celebrarlo.
La palabra "regocija" de 1 Corintios 13:6 tiene
la idea de estar sumamente emocionado,
alentando a tu cónyuge con energía por
lo que está permitiendo que Dios logre
en su vida. El apóstol Pablo, quien ayudó
a establecer y ministrar a muchas de las iglesias
del primer siglo, escribió en sus canas cuánto
placer le producía escuchar sobre la fidelidad
de las personas y su crecimiento en Jesús.
"Siempre tenemos que dar gracias a Dios
por vosotros, hermanos, como es justo,
porque vuestra fe aumenta grandemente,
y el amor de cada uno de vosotros hacia
los demás abunda más y más; de manera que
nosotros mismos hablamos con orgullo de
vosotros entre las iglesias de Dios,
por vuestra perseverancia y fe en medio
de todas las persecuciones y aflicciones
que soportáis"
(Tesalonicenses 1:3-4).
El apóstol Juan, quien había estado cerca de
Jesús y se había transformado en uno
de los principales líderes de la iglesia primitiva,
les escribió una vez a sus discípulos:
"No tengo mayor gozo que éste:
oír que mis hijos andan en la verdad"
(3 Juan 4).
Esto debería ser lo que nos vigoriza cuando
vemos que se manifiesta en nuestro cónyuge.
Más que cuando ahorra dinero en alimentos.
Más que cuando tiene éxito en el trabajo.
A veces, al aceptar la opinión de la cultura moderna
sobre qué celebrar de nuestro cónyuge,
podemos incluso ser culpables de alentarlo
a pecar: quizá alimentando la vanidad o
las actitudes machistas. Sin embargo,
"el amor no se regocija de la injusticia"...
ni de la nuestra ni de la de nuestra pareja.
En cambio, el amor "se alegra con la verdad",
así como Pablo se alegró cuando le dijo
a la iglesia romana:
"La noticia de vuestra obediencia se ha
extendido a todos; por tanto, me regocijo
por vosotros, pero quiero que seáis sabios
para lo bueno e inocentes para lo malo"
(Romanos 16:19).
Sabía que la búsqueda de la piedad,
la pureza y la fidelidad era la única manera
de que encontraran gozo y la satisfacción suprema.
Ser "sabios" para la santidad e "inocentes"
con respecto al pecado (permanecer sin
cansarnos y sin transigir en el viaje de la vida)
es la manera de ganar a los ojos de Dios.
¿Y qué más podríamos desear para nuestro cónyuge
que experimente lo mejor de Dios en la vida?
Alégrate con cualquier logro que disfrute tu pareja;
pero guarda tus felicitaciones más calurosas
para cuando honre a Dios con su adoración
y su obediencia.
El desafío de hoy Busca un ejemplo específico
y reciente cuando tu cónyuge haya demostrado
el carácter cristiano de una manera evidente.
En algún momento del día, elógialo por esto. .
¿Qué ejemplo elegiste reconocer?
¿De qué otras maneras podrías celebrar su crecimiento en la piedad?
¿Cómo podrías alentarlo a perseverar en ella?
En la integridad de mi corazón andaré
dentro de mi casa.
(Salmo 101:2)