Puedes hacer el reto escuchándolo x youtube (reproduciendo el video) o puedes saltártelo para ahorrar datos y leerlo el día completo en la parte de abajo.
Dios bendiga nuestros matrimonios y familias.
Día 38: El Amor cumple sueños.
Pon tu delicia en el Señor,
y Él te dará las peticiones de tu corazón.
(Salmo 37:4)
¿Qué le gustaría de verdad a tu cónyuge?
¿Cuán a menudo te haces esa pregunta?
El sentido común nos dice que no podemos
darle a nuestro cónyuge todo lo que quiere.
Nuestro presupuesto y nuestra cuenta bancaria
nos dicen que es probable que no podamos costearlo.
Aun si pudiéramos, tal vez no sería bueno para nosotros...
ni para él. Quizá hayas dejado que el "no"
se transforme en una respuesta demasiado rápida.
Tal vez hayas permitido que esta opción negativa
por defecto se vuelva demasiado racional,
demasiado automática.
¿Qué sucedería si en lugar de desestimar la idea, hicieras todo
lo posible por cumplirla?
¿Qué sucedería si lo que tu pareja dice que jamás harías por ella se transformara en lo próximo que hicieras?
A veces, el amor debe ser extravagante.
Necesita hacer lo imposible. A veces,
necesita dejar de lado los detalles y bendecir sólo
porque quiere hacerlo.
¿Acaso se parece demasiado a la forma de pensar de un adolescente?
¿Un amor así ya no está en el menú luego de tantos años de matrimonio?
Después de todo, como quizá estén las cosas
en tu matrimonio en este momento,
¿no sería poco genuino consentir a tu cónyuge si no lo haces de corazón?
Lo bueno sería que sí lo hicieras de corazón.
¿Qué me dices de adoptar un nuevo nivel de amor que quiera cumplir todos los sueños y los deseos que pueda?
¿Acaso el amor de Dios no satisfizo necesidades de tu corazón que alguna vez parecían imposibles?
Vivías con una carga tan grande de pecado
y reproche que pensabas que nunca volverías
a ganarte la gracia de Dios.
Sin embargo, te miró con amor y dijo que
no era necesario. Anhelaba que regresaras.
Quería que te dieras cuenta de tu necesidad de Él,
y que luego de arrepentirte y acudir a Él,
te amaría y te perdonaría.
"Dios, que es rico en misericordia,
por causa del gran amor con que nos amó,
aun cuando estábamos muertos en nuestros delitos,
nos dio vida juntamente con Cristo"
(Efesios 2:4-5).
Pensaste que la vida se había terminado
cuando cierto contratiempo te derribó.
Te quebraste y clamaste a Él.
Oraste como nunca antes lo habías hecho.
Y aunque no fue fácil volver a levantarte y
seguir caminando, de alguna manera sobreviviste.
Él te recibió con su paz "que sobrepasa todo entendimiento"
(Filipenses 4:7),
tal como prometió, y te mantuvo de pie.
Dios no eligió derramar su amor sobre ti
cuando te comportabas como un ángel.
No te ofreció su gracia porque la merecieras.
"Pero Dios demuestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros"
(Romanos 5:8).
Él es tu modelo a seguir.
Su amor está diseñado para que lo imites.
Aunque no eras un candidato probable
para recibir su amor, Él te lo dio de todas formas.
Pagó el precio. No todo lo que tu cónyuge
quiere es demasiado costoso.
No todo lo que desea puede comprarse con dinero.
Quizá, tu esposa anhele tu tiempo;
tal vez, tu atención.
Quizá desee que la trates como a una dama,
saber que su esposo la considera su mayor tesoro.
Tal vez anhele ver en tus ojos un amor
que decida estar presente sin importar qué suceda.
Quizá, tu esposo anhele tu respeto;
tal vez desee que lo reconozcas como la cabeza
del hogar frente a tus hijos.
Quizá anhele que le eches los brazos alrededor
del cuello sin razón aparente, que lo sorprendas
con un largo beso o una nota de amor
cuando no haya un cumpleaños ni un
aniversario para justificarlo.
Tal vez desee saber que todavía piensas
que es fuerte y atractivo, como antes.
Los sueños y los deseos vienen en todas
las formas y los tamaños; pero el amor se
fija bien en cada uno.
El amor te llama a escuchar lo que dice y
espera tu cónyuge. El amor te llama a recordar
las cosas que son únicas en tu relación,
los placeres y deleites que hacen que el otro sonría.
El amor te llama a dar cuando sería mucho
más conveniente esperar. Y el amor te llama
a soñar despierto con estas oportunidades,
tan a menudo, que sus deseos se transformen
en los tuyos también. Te desafiamos a
pensar cómo abrumar a tu cónyuge con amor;
a sorprenderlo sobrepasando todas sus
expectativas con tu amabilidad.
Puede o no significar un sacrificio financiero,
pero es necesario que refleje un corazón
que está dispuesto a expresarse con extravagancia.
¿Qué le gustaría de verdad a tu cónyuge?
Es hora de que comiences a vivir la respuesta
a esa pregunta.
El desafío de hoy:
Piensa qué le gustaría a tu cónyuge,
si fuera posible.
Ponlo en oración y comienza a trazar un plan
para cumplir algunos de sus deseos (sino todos),
hasta donde puedas.
En el pasado, ¿qué sucedió para que no quieras cumplir los deseos de tu cónyuge?
¿Cómo cambiaría la relación si supiera que sus sueños son una prioridad para ti?
¿Qué deseos estás intentando cumplir?
El amor nunca deja de ser.
(1 Corintios 13:8)