DÍA 11
POR EL SOMETIMIENTO DE TU ESPOSA FRENTE A TU AUTORIDAD
El día de hoy pedimos la intercesión de San Pedro, hombre de sabiduría práctica, obediente a Dios, servidor de Cristo, Cabeza de la Iglesia, y primero entre los Apóstoles. Él supo someterse a Dios, reconociendo Su autoridad, una autoridad que no impone y subyuga, sino que dirige, protege, gestiona con amor, con humildad y sencillez. De esa misma manera San Pedro dirigió las primeras comunidades de cristianos, y fue el ejemplo para el resto de los apóstoles y seguidores de Cristo.
El día de hoy vas a orar para que tu esposa sea sumisa, esto significa que reconozca tu autoridad como cabeza de familia, cabeza del hogar, esto implica que tú ejercerás el liderazgo y autoridad que Dios te otorgó, de la misma manera y calidad que San Pedro - que Cristo mismo por su Iglesia.
Sumisión y sometimiento no significan humillación o entrega de la propia libertad; significa reconocerse deudor frente a la autoridad de Cristo. Tu esposa será dócil a tu liderazgo si eres digno y tú mismo te sometes a la autoridad y ley de Dios.
Las lecturas a meditar hoy son:
Efesios 5, 21-33
“"Expresen su respeto a Cristo siendo sumisos los unos a los otros.
Lo sean así las esposas a sus maridos, como al Señor.
El hombre es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia,
cuerpo suyo, del cual es asimismo salvador.
Que la esposa, pues, se someta en todo a su marido,
como la Iglesia se somete a Cristo.
Maridos, amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia
y se entregó a sí mismo por ella.
Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla,
la hizo santa, pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante,
sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.
Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman
a sus propios cuerpos: amar a la esposa, es amarse a sí mismo.
Y nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida.
Y eso es justamente lo que Cristo hace por la Iglesia,
pues nosotros somos parte de su cuerpo.
La Escritura dice: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre
para unirse con su esposa, y los dos no formarán sino un solo ser.
Es éste un misterio muy grande, pues lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
En cuanto a ustedes, cada uno ame a su esposa como a sí mismo,
y la mujer, a su vez, respete a su marido."
Colosenses 3, 18-19.
“Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.”
Tito 2, 1-5
“Mas tú enseña lo que es conforme a la sana doctrina;
que los ancianos sean sobrios, dignos, sensatos, sanos en la fe,
en la caridad, en la paciencia, en el sufrimiento;
que las ancianas asimismo sean en su porte cual conviene a los Santos;
no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, maestras del bien,
para que enseñen a las jóvenes a ser esclavas del bien,
para que enseñen a las jóvenes a ser amantes de sus maridos y de sus hijos,
a ser sensatas, castas, hacendosas, bondadosas,
sumisas a sus maridos, para que no sea injuriada la Palabra de Dios”.