Oraciones por tu Esposa.
Señor, estoy muy agradecido porque
creaste a (nombre de la esposa)
como una mujer de profundos pensamientos
y sentimientos.
Sé que tú intentaste esto para bien,
pero también sé que el enemigo
de su alma intentará usarlo para mal.
Ayúdame a discernir cuándo lo está haciendo
y capacítame para orar al respecto.
Gracias por darle a (nombre de la esposa)
dominio propio
(2 Timoteo 1:7).
Protégela del autor de toda mentira
y ayúdala a derribar
argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios,
y llevando cautivo todo pensamiento
a la obediencia a Cristo
(2 Corintios 10:5.)
Dale discernimiento respecto
a lo que ella recibe en su mente.
Te pido que con prontitud pueda
identificar las mentiras sobre su persona,
su vida o su futuro.
Ayúdala a reconocer cuándo
se está librando una batalla en su mente,
y estar consciente de las tácticas del enemigo.
Hazle recordar que se mantenga
en el plan que tú trazaste
y que dependa de la espada del Espíritu,
que es tu Palabra
(Efesios 6:17).
Permite que ella acuda a ti,
en vez de dar lugar a pensamientos negativos,
molestos, malignos o preocupantes.
Hazme saber cuándo mi esposa
está luchando para hablar con ella abiertamente
sobre lo que está en su mente y corazón.
Permite que podamos comunicamos con claridad,
para no dejar que el enemigo
gane terreno con malentendidos y confusión.
Ayúdame a no reaccionar de forma inapropiada
ni alejarme emocionalmente de mi esposa
cuando no la comprenda.
Dame paciencia y sensibilidad,
y que mi oración se convierta en
mi primera reacción a sus emociones,
y no en la última opción.
Aunque estoy consciente de que
no puedo suplir todas las necesidades
emocionales de mi esposa,
sé que tú sí puedes hacerlo.
No pretendo evadir mi responsabilidad
de suplir cualquiera de sus necesidades,
pero sé que algunas de ellas
solo tú las podrás suplir.
Te pido que cuando ciertas emociones negativas
amenacen su felicidad,
acuda a ti en primer lugar,
porque solo tú puedes librarla de ellas.
Ayúdala a esconderse en lo secreto de tu presencia
(Salmo 31:20).
Señor, te ruego que confortes su alma
(Salmo 23:3),
que sanes sus quebrantamientos
que vendes sus heridas
(Salmo 147:3).
Que ella sienta seguridad en tu amor
y en el mío.
Quita todo temor, duda y desánimo,
y dale claridad, gozo y paz.
Amén.