Oraciones por tu Esposa.
Señor, aunque amo mucho a mi esposa,
sé que tú la amas más.
Reconozco que no puedo suplir cada necesidad
y expectativa, pero tú si puedes.
Te pido que le des a (nombre de la esposa)
la satisfacción de conocerte, como nunca antes,
de una manera más profunda y significativa.
Ayúdala a ser diligente y tenaz en su andar
contigo para que nunca dude ni flaquee.
Fortalece su espíritu,
dale una fe que no mengüe
para que siempre crea que tú contestarás
sus oraciones.
Ayúdala a dedicar un tiempo diario
a relacionarse contigo a través de tu Palabra,
en oración y en adoración.
Que tus palabras moren en ella,
para que cuando ore, tú le concedas
los deseos de su corazón
(Juan 15:7).
Ayúdala a conocerte cada vez mejor.
Que para todo siempre acuda a ti
en primer lugar a medida
que te conviertes en su constante compañía.
Dale discernimiento y revelación,
y permite que escuche tu voz cuando
la instruyes.
Ayúdala a mantenerte en su foco de atención,
no importa cuán grande sea
la tormenta a su alrededor,
para que no se aparte del camino que le trazaste.
Mantenme consciente de cuándo
ella necesita una nueva plenitud de tu Espíritu
para orar enseguida.
El deseo de su corazón
es ser ejemplo piadoso ante sus amigos
y familiares, así que dale paciencia
con todos los que encuentra en su camino.
Ayúdala a tener una plenitud tal
de tu Espíritu que las personas
perciban tu presencia cuando
están en su presencia.
Sé que ella desea servirte,
pero ayúdala a entender cuándo debe decir
«no», si le piden hacer más de lo que debe.
Que te glorifique en todo lo que haga.
Dice tu Palabra que todo el que
a ti te encuentra,
halla la vida y alcanza tu favor
(Proverbios 8:35),
por lo tanto, oro que
(nombre de la esposa);
halle nueva vida en ti
en este día y disfrute las bendiciones
que sobre ella derramas.
Guíala en todo lo que haga,
para que pueda llegar a ser la mujer dinámica
y poderosa de Dios que tú quieres que sea.
Déjala saber tu voluntad y permítele
permanecer en el centro de esta.
Ayúdala a confiar en ti de todo corazón
y a no depender de su propia prudencia.
Haz que te reconozca en todos sus caminos
(Proverbios 3:5,6).
Amén