Señor de los Milagros,
en tu presencia vengo a hacer mi oración.
Mi fe termina aquí presente, porque Tú todo lo llenas.
Estas en todas partes, para que en todas partes yo te busque.
Estás dentro de mí para darme y conservarme el ser;
estas delante de mí para guiarme;
estas detrás de mí para defenderme;
estás debajo de mí para sostenerme;
estás sobre mí para bendecirme;
estás a mi lado para acompañarme;
estás siempre conmigo para inspirarme,
para fortalecerme, para trabajar conmigo.
En tu presencia vengo, pues, Señor de los Milagros,
a hacer mi oración.
Haz que ella sea sencilla, humilde, sincera.
Sencilla como la súplica del niño.
Humilde como la petición del pobre.
Sincera como la oración del publicano.
Aquí estoy, Señor de los Milagros, en tu presencia;
pobre ante el rico,enfermo ante el médico,
débil ante el omnipotente, pecador ante la santidad infinita.
Quiero postrarme reverente para adorarte.
Quiero que mis pensamientos todos sean para Tí.
Que para Ti sean todos mis deseos, todos mis afectos,
toda mi voluntad, todo mi entendimiento,
y que mi oración, sencilla, humilde y sincera,
sea Señor, para gloria y alabanza tuya.
Te ruego atiendas mi súplica:
(Hacer la petición personal) Amén.
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