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Foto del escritorMatrimonios en Oracion

Porque NO es permitido divorciarse?

Fariseos: “...Nosotros, por ejemplo, nos encontramos en la penumbra. ¡Tú eres el Rabí, así que ayúdanos!”


Jesús: “¿Qué queréis saber?”


Fariseos: “Queríamos saber si le es lícito al hombre repudiar por cualquier motivo a su propia mujer.


Es una cosa que sucede con frecuencia, y, cada vez que ocurre, da mucho que hablar. Se dirigen a nosotros para saber si es lícito, y nosotros, según el caso, damos la respuesta”


Jesús: “Aprobando lo sucedido en el noventa por ciento de los casos. Y el diez por ciento restante, que no aprobáis, pertenece a la categoría de los pobres o de vuestros enemigos”


Fariseos: “¿Cómo lo sabes?”


Jesús: “Porque esto es lo que sucede en todas las cosas humanas. Y agrego a la categoría la tercera clase: la que -si fuera lícito el divorcio— crearía un derecho más para hacerlo, por ser la de los verdaderos casos vergonzosos: como una lepra incurable, o una condena perpetua, o enfermedades que no conviene mencionar…”


Fariseos: “Entonces según Tú no es licito el divorcio”


Jesús: “Ni para Mí, ni para el Altísimo, ni para ninguno de corazón recto. ¿No habéis leído que el Creador, en el principio de los días, creó al hombre y a la mujer? Y los creó varón y hembra; y no tenía necesidad de hacerlo, porque, si hubiera querido, habría podido, para el Rey de la Creación, hecho a imagen y semejanza suya, crear otro modo de procreación, y hubiera sido igualmente bueno, bueno aun siendo distinto de todos los otros naturales. Dijo: «Así, por eso el varón dejará a su padre y madre y se unirá a su mujer, y los dos formarán una sola carne» . Así pues Dios los unió en una sola unidad. No son, por tanto, «dos» sino «una» sola carne, un solo cuerpo. Lo que Dios ha unido porque ha visto que es «cosa buena», el hombre no lo separe, porque si esto sucediera, sería ya una cosa no buena”.


Fariseos: “Pero entonces ¿por qué Moisés dijo: «Si el hombre ha tomado consigo mujer, pero la mujer no ha hallado gracia ante sus ojos por algún defecto desagradable, él escribirá un libelo de repudio, se lo entregará en mano y la despedirá de su casa»?”


Jesús: “Lo dijo por la dureza de vuestro corazón. Para evitar de este modo desórdenes más graves. Esta es la razón por la que os permitió repudiar a vuestras mujeres, pero no fue así en el principio, porque la mujer vale más que un animal, el cual sigue el capricho del amo o de las libres circunstancias naturales, y va a este o a aquel macho, pero es un ser que no tiene alma, y solo sirve para la reproducción.

Vuestras mujeres tienen alma como la tenéis vosotros, y no es justo que la pisoteéis sin compasión alguna. Porque si bien la condena dice a Eva «Estarás sujeta a la autoridad del marido y él te dominará» esto debe realizarse según justicia y no con abuso de poder, que daña los derechos del alma que es libre y digna de que se le respete.


Vosotros, con el repudio, que no os es lícito, ofendéis al alma de vuestra compañera, a la carne gemela que se ha unido a la vuestra, a ese todo que es la mujer con quien os casasteis exigiendo su honestidad, mientras que vosotros ¡perjuros! vais a ella deshonestos, y tal vez hasta corrompidos, y seguís corrompidos, y aprovecháis todas las ocasiones para herirla, y dar mayor campo a vuestra insaciable lujuria que os quema. ¡Sois unos prostituidores de vuestras mujeres!


Por ningún motivo podéis separaros de vuestra mujer que está unida a vosotros según la Ley y la Bendición. Solo en el caso que la gracia os toque, y comprendáis que la mujer no es una propiedad sino un alma, y que, por tanto, tiene iguales derechos que vosotros de ser reconocida parte del hombre y no su objeto de placer; y sólo en el caso de que vuestro corazón sea tan duro que no la podáis elevarla a esposa, después de haber gozado de ella como si fuera una prostituta, solo en el caso de anular este escándalo de dos que conviven sin que Dios bendiga la unión, podéis despedirla. Porque entonces vuestra vida no es una unión matrimonial, sino fornicación, y frecuentemente sin el honor de unos hijos, porque, o son abortados forzando la naturaleza o repudiados como una vergüenza.


Y en ningún otro caso es lícito. En ningún otro. Porque si tenéis hijos ilegítimos de vuestra concubina, tenéis el deber de poner término al escándalo casándoos con ella, si sois libres. No me refiero al caso del adulterio consumado contra la esposa que lo ignora. Si es así, son benditas las piedras de lapidación y las llamas del Scheol.


Y para el que repudia a su esposa legítima, porque está cansado de ella, y toma a otra, hay solo una sentencia: ése es adúltero. E igualmente adúltero es quien toma a la repudiada, porque, si el hombre se ha arrogado el derecho de separar lo que Dios unió, la unión matrimonial continúa ante los ojos de Dios, y maldito es aquel que se casa con otra mujer sin ser viudo. Y maldito es aquel que toma otra vez a su mujer primera después de haberla despedido por repudio y haberla abandonado a merced de los azares de la vida, que la obligaron a casarse para tener un pedazo de pan, si queda viuda del segundo marido. Porque aunque viuda, fue adúltera por culpa vuestra, y vosotros haríais doble su adulterio ¿Habéis comprendido, fariseos, que me tentáis?”.


Ni pío dicen. Con la cabeza gacha se van por donde vinieron.

(Escrito el 11 de Diciembre de 1945).

Autor del material:

FIAT REDENTOR -Revelaciones a María Valtorta de nuestro Señor sobre el matrimonio.

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