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Día 9

RESTAURANDO TU MATRIMONIO DE LA MANO DE DIOS

 

CONTINUAMOS CON LAS SIGUIENTES:

 

ETAPAS DEL PROCESO DE RESTAURACIÓN MATRIMONIAL

 

Hoy vamos a abrir nuestros ojos y oídos espirituales para que Dios nos hable a través de su palabra.

 

No endureciendo, sino ablandando cada vez más nuestro corazón Hechos 3:15 "..Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones".

 

Este proceso es complejo, difícil y aunque todos los matrimonios son diferentes, encontramos muchas similitudes pues Dios trabaja de la misma forma en todos.

 

Este análisis te ayudará a identificar la etapa en la que te encuentras.

 

A veces sentimos que nuestra vida, matrimonio y futuro ya no tienen esperanza y esto se debe a que estamos inmersas en nuestro propio entorno, nuestro propio dolor. El ego que debemos desechar, juega un papel muy importante en nuestro proceso.

 

Los testimonios de restauración y conocer estas etapas te ayudarán en este duro proceso, Dios dice :

 

1 Pedro 5:9 " Pero resistidle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo".

 

Todas las que atravesamos este proceso, experimentamos lo mismo de alguna u otra manera.

 

Cuando pases de una etapa a otra " habrás vencido una lucha"....Dios te ira hablando...

 

Aquí te describo lo que puedes estar sintiendo ahora. Recuerda que Dios pone el camino pero eres tu quien da los pasos.

 

Como cualquier carrera, muchas desisten en algún punto de estas etapas, no así, las valientes hijas de Dios, quienes estamos destinadas a alcanzar la Victoria en sus promesas.

 

Te recuerdo nuevamente, que ya tienes asegurada la Victoria, no es tu merito, sino el mérito de aquél que murió por tí en la cruz del calvario. A tí, únicamente te corresponde enfrentar tus batallas con las armas que tú Padre te da.

 

CUARTA ETAPA  4

 

En esta etapa Dios te ha quitado aquello que ocupaba su lugar (tu esposo) para obtener toda tu atención. Haz recibido a Cristo como tú señor y Salvador. Él ahora necesita enderezar tus sendas. Necesita poner en orden todo lo que estaba mal en tu vida.

 

Dios permite todo esto porque estás entrando en un proceso de purificación. Él necesita ejercitar tu fe para que, como su hija, pelees cada batalla de tu vida con su poder y no en tus propias fuerzas:

 

1 Pedro 1:7 "Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honor cuando sea manifestado Jesucristo".

 

Ahora puedes ver el desierto con total claridad, tu matrimonio se encuentra en ruinas. Tal vez tú esposo ha abandonado el hogar y se haya ido con otra mujer, tal vez estás atravesando situaciones económicas muy fuertes a causa de este conflicto. Tal vez tú esposo no se ocupa de ti ni de tus hijos ahora y es el desprecio y la indiferencia lo que te hacen más daño.No queda nada de lo que fue tu hogar, de quien era tu esposo.

 

Los conflictos con los hijos también son frecuentes a causa de los problemas y la separación (aunque no sea física). Te encuentras " aparentemente" sola. Sin embargo, piensas cada día más en Dios y en lo que te dice. Buscas en su palabra, te dispones a tener un plan de oracion, deseas con todo tu corazón que Dios restaure tu matrimonio y encuentras paz cuando meditas en su palabra.

 

Sin embargo aún hay dolor. Dudas mucho. Quieres creer lo que Dios dice, pero te parece imposible que suceda debido a lo que tus ojos ven ahora.

 

A pesar de declarar y sentir que Dios puede hacerlo, te sientes muy débil, tu fe se debilita al ver tus circunstancias. Tal vez estás confundida y hasta dudes del poder de Dios pues la tormenta continua, de hecho esta arreciando.

 

En esta etapa no sientes la presencia de Dios, pero la anhelas con todas tus fuerzas. Hay muchos sentimientos encontrados: amor, gozo y paz cuando piensas en Dios, pero de inmediato regresas a " tu realidad" y la duda, el temor, la amargura y desesperanza te invaden también.

 

Ante los demás te encuentras " tambaleando" entre lo que Dios dice y lo que haz aprendido del mundo en que vivías. La gente que conoce tu situación tal vez te dicen que tu matrimonio ya no tiene esperanza.

 

Estás ansiosa por ver que Dios haga algo, sin embargo encuentras " peor" tu situación...

 

Este conflicto de emociones te lleva a cometer varios errores, sin embargo ahora los identificas por el conocimiento que tienes de la palabra de Dios. Tal vez reclamaste algo a tu esposo, tal vez lo viste y culpaste por todo tu dolor de nuevo, peleaste, etc. Con mucha facilidad caes en las trampas que el enemigo te pone.

 

QUINTA ETAPA  5

 

En esta etapa ya estás más fortalecida. Haz llorado mucho, pero ahora entiendes que eso no sirve pues todo sigue igual o peor con tu esposo.

 

Ahora, las promesas de Dios ocupan toda tu mente. Tal vez en la etapa anterior cometiste muchos errores porque te dejaste llevar por tus emociones, en el trato con tu esposo o con los demás. Ahora, el Señor te ha equipado con una " armadura especial". Efesios 6:10-18.

 

Comienzas a darte cuenta, que es Dios y no tu esposo quien ocupa tu mente durante la mayor parte del día. Empiezas a experimentar un verdadero amor hacia Dios y te deleitas dándole alabanza.

 

Este amor ya no es por conveniencia, te das cuenta que ahora buscas agradar a Dios porque su presencia te hace sentir muy bien. Hay cierta tristeza por tu esposo, por tu familia, pero igualmente estás contenta y confiando en Dios.

 

Haz soltado a tu esposo en sus manos ahora. Sabes que Dios está permitiendo todo lo que hasta hoy ha ocurrido, porque está trabajando únicamente en tí ahora y ¡lo esta logrando! Ya no eres la misma " débil y desesperada" de las primeras etapas.

 

Tu misma puedes darte cuenta de tu progreso con el Señor, y aunque tú situación sigue igual a ti alrededor, en tu interior hay gozo porque su presencia te ha inundado. Ahora tú fe es la que te mantiene firme.

 

Empiezas a deleitarte verdaderamente en Dios. Te das cuenta que puedes ser feliz solo con lo que Dios te da aunque tú esposo tal vez nunca vuelva. Tal vez, cuando ves a tu esposo, puedes identificar que ya no haces reclamos, ya no hay quejas, ya no hay amargura sino todo lo contrario.

 

Te haz dado cuenta, porque conoces y crees en la palabra de Dios, que tu esposo ha sido una víctima de sus propios pecados. Lo ves incluso con misericordia, como un alma que necesita ser rescatada de las tinieblas.

 

Tú ego ya no estorba ni se duele para que el poder del Señor se manifieste a través de tu boca ( Isaías 51:16) por lo que el Todopoderoso, te empuja a interceder por tu esposo, más fuerte que nunca.

 

El trato hacia tu esposo, hijos y los demás es distinto. La gente logra ver un cambio en tí, aún tu esposo está sorprendido viendo tu paz y trato hacia Él. ¡¡Parece que está ante otra persona!!

 

A finales de esta etapa, Dios comienza a tratar con el corazón de tu esposo. Esto se debe a tu obediencia, actitud, fe, oración y todo lo que Dios ha logrado ver en tí.

 

Permite acercamientos más constantes con tu esposo para que pongas por obra lo que haz aprendido. Tu esposo te busca, se siente atraído nuevamente hacia tí.

 

Tal vez ahora su regreso está a la puerta, pues las peleas, las quejas y todos los reclamos que hacías, han desaparecido dando paso a una mujer llena de sabiduría, amor y dominio propio que ya no actúa dominada por sus temores y emociones sino por la fe y la confianza que su Señor le ha dado.

 

Ahora esa seguridad y fortaleza te hace más atractiva ante los ojos de tu esposo, quien expresa claramente su arrepentimiento por haberse alejado de su hogar y de tí.

 

SEXTA ETAPA  6

 

Esta es la última etapa. Termina la separación (física y emocional). Tu esposo decide volver al hogar.

 

Tu has sanado completamente y te dispones a ser la herramienta que el Señor necesita para traer a tu esposo a sus pies (1 Pedro 3:1).

 

Sabes que esta es la oportunidad que el Señor te da. Das la gloria al Todopoderoso por su fidelidad en permitir que tu matrimonio comience nuevamente, ahora de su mano. (Mateo 7:24-27).

 

Tu esposo inicia a tu lado, su propio proceso de sanidad interior y restauración personal. Sabes que no será algo fácil, pues tendrá que lidear seriamente con sus propios pecados, tal como lo hiciste tu con los tuyos en las primeras etapas.

 

Sin embargo, ahora tu ya estas preparada: identificas, disciernes, observas, actúas en la sabiduría divina.

 

Pones en practica cada cosa que el Señor te ha enseñado y te sigue enseñando respecto a tu vida personal y matrimonial.

 

Ahora estas blindada con una unción especial por el amor que el Todopoderoso ha puesto en tí respecto a tu esposo, tu familia y semejantes. Atiendes cada necesidad en tu hogar. Cumples con las funciones y leyes espirituales que el Señor ha establecido para tu matrimonio.

 

Ahora eres una guerrera, peleando en el ejercito de Dios. Con la Victoria de Cristo sobre su matrimonio. Cuando hay luchas doblas tu rodilla pues has comprobado de quién viene tu victoria.

 

Caminas de gloria en gloria (2 Corintios 3:18). Tu matrimonio es indestructible porque no te enredas en las trampas del enemigo. Te haz convertido en la mujer sabia que edifica su hogar (Proverbios 14), todo lo que haces prospera (Salmo 1:3). Tu marido te alaba, tus hijos te bendicen (Proverbios 31:28-29).

 

Hoy, con lagrimas en los ojos, le agradeces a tu Padre Celestial el haber permitido todo lo que tuvo que permitir en tu vida para encontrarte justo aquí ahora. (Isaías 51:3).

 

Compruebas que sus tiempos son perfectos, que todo fue necesario, aun lo más doloroso. (2 Samuel 22:31).

 

Gracias a tu fe y entrega. Cristo recuperó tu hogar e hizo de tí la mujer virtuosa que necesitaba para que tu esposo también lo conozca a Él:

 

1 Corintios 7:16 "Pues ¿qué sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y ¿qué sabes tú, marido, si salvarás a tu mujer?

 

 Muchas bendiciones bellas! 

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